viernes, 26 de julio de 2019

My second dress

Buenos días mis amores!

Que conste que esta semana he andado desaparecida, pero por fuerza mayor. Un virus decidió invadirme durante algo más de 48 horas y solo os digo que no se lo deseo a nadie. La primera vez en mi vida que me sucede, y solo pido que sea la última, así que crucemos los dedos.

El pasado viernes, le hicimos a una amiga una fiesta sorpresa por su trigésimo cumpleaños, y es que los 30 hay que celebrarlos por todo lo alto. Como si de una despedida se tratase, dijimos que iríamos todas de blanco. Como primera opción fue este vestido blanco de gasa hasta los pies, el cuál tiene muuucha historia, puesto que fue mi segundo vestido de novia el día de mi boda, y de esto ya vamos para cinco años. En aquella época ya se empezaba a estilar el usar dos trajes de novia, pero tenía claro que con lo que cuesta una boda como que hacerte con dos potentes, como que no. A ver... que entiendo que las influencers reconocidas lo hagan, pero también porque se los regalan, seamos sinceros. Tenía claro que después de abrir el baile lo cambiaba, porque cuando nos echasen del restaurante íbamos a ir a Murillo a continuar la fiesta y servidora tenía la sesión post boda en octubre pues como que pasaba que estuviesen los bajos reventados; y cuál fue mi sorpresa que en una tienda low cost vi este y me pareció la opción perfecta, largura, corte, tejido y sobre todo sencillez fueron las claves para que me hiciese con el. Y voilá, años después con el de nuevo y feliz feliz feliz.

Al final después de arreglarme y fotografiarlo se fastidió el día y tuve que optar por otro, pero no pasa nada que verano hay todos los años y fiestas ibicencas también, jejeje.

Dejo que disfrutéis de las fotos y de esta preciosa historia.

Un besote muy fuerte y feliz finde

 






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